jueves, 25 de junio de 2015

Deco cumple campestre




Hoy traigo unas fotos de hace unos años atrás, en oportunidad que un tío cumplía 60 años.
Él es un hombre de campo, un paisano argentino, que vive en zona rural, entre animales y mucho verde. Por tal motivo, sus hijos quisieron realizarle un cumpleaños campestre: ambientación rústica, empanadas, asado y baile.
Y me pidieron colaboración para decorar y otros detalles..

Para las invitaciones utilicé papel misionero, fotocopia de una foto del homenajeado, cinta guarda pampa y el resto lo hizo la computadora.


































Decidieron hacer la fiesta en un galpón, con paredes sin rebocar y piso de cemento. Ya desde ahí partió la rusticidad.
La idea inicial era dejar las paredes como estaban, pero después, para evitar que las fotos salieran oscuras, se decidió cubrir con tela hasta la mitad.



Los colores elegidos fueron celeste, blanco y verde. Y comencé por los centros de mesa.
Tenía varias pavas viejas, que uso de macetas, a las cuales pinté en verde, marrón claro y celeste.



Le pegué una fotocopia en sepia del homenajeado cuando niño y coloqué adentro ramas secas.
Hice cortar rodajas de tronco que sirvieron de apoyo y listo.



Hice muchos banderines de papel y el número 60 que estaba en la entrada, era un cartón al que le enrosqué tiras de papel metalizado.



A los costados de la entrada, pusimos fardos, y elementos de campo, como braseros, hachas, recados, troncos, ponchos, damajuanas, mates, etc.



Un panel de fotos del cumpleañero , fue cubierto con un poncho.
A la medianoche, lo acercaron hasta allí y descubrieron el panel.
Eran fotos suyas de niño que él nunca había visto y que tenían guardadas sus hermanos y primos.
Le encantó la sorpresa.



Para el rincón de los souvenirs, coloqué una cortina de tiras de papel y para la mesa crucé un poncho.
Fue el sitio más elegido para sacarse fotos.



La mesita de la derecha, unas horas después estaba que se venía abajo de tantos regalos.



Dos últimos detalles:
Uno: la torta era rectangular, toda blanca y tenía como adorno una pava con un mate.
Dos: cuando mi tío hizo el ingreso, lo recibimos agitando las servilletas celestes y blancas que habíamos puesto en las mesas.
Fue una idea que surgió unos minutos antes y quedó genial. El del cumple se emocionó cuando vio eso y casi se pone a llorar.

Ojalá que algo de lo publicado les sirva de inspiración, aunque los cumples campestres no son muy comunes.
De todas formas, siempre encontramos algo que nos da el puntapié inicial.
En mi caso fue la palabra "campestre". El resto solo fue poner manos a la obra.