Ando disfrutando de todo.
De las flores de verano que se resisten a marcharse y de los primeros fríos matutinos.
De los árboles que comienzan a marchitarse lentamente y de las tardes aún calurosas.
De las lluvias repentinas y los cielos de colores.
De los trabajos atrasados y de los nuevos proyectos.
De las últimas tardes de mates al aire libre y de las noches cubiertas con una manta.
Todas contradicciones que disfruto a más no poder.
Y sé que el culpable de todo es el Otoño, que me hace ver las cosas de otra manera. Con más calma, con más optimismo, con alegría y brillo en la mirada.
Ay Otoño...¿Como es posible que me enamores de esa manera?.